julio 10, 2009
Historia de la Imprenta
En este se hace una demostración real del funcionamiento de una imprenta del siglo XV a unos titeres bastante desprolijos:
Y para quienes tengan tiempo en poco más de 6 minutos podemos conocer detalladamente la primera imprenta que tuvo el Washington Telgraph, está en inglés pero el presentado habla muy despacio y se hace entender muy bien:
marzo 08, 2004
La Profe USE Véase Además
Como ya es de conocimiento público -en la blogosfera bibliotecodocumentaloide- me he juntado con Barbol y Yusef de No sólo usabilidad, para abrir una nueva bitácora.
Mantendré abierto este sitio como archivo y para facilitar su consulta presento un índice de los comentarios publicados:
Personales (no bibliotecarios)
Los gatos de la Profe (Abril 30 de 2003)
Primero Bogotá despues... el mundo (Mayo 6 de 2003)
Do you speak english? (Mayo 19 de 2003)
Bajo la tiranía de la nota (Mayo 26 de 2003)
El arte de la buena bitácora (Mayo 28 de 2003)
Fin del Contrato (Mayo 29 de 2003)
La Profe no gusta de García Márquez (Junio 17 de 2003)
Las vacaciones de la Profe (Junio 20 de 2003)
Fernando Vallejo premiado con el Rómulo Gallegos (Julio 1 de 2003)
Compay Segundo ha muerto. Larga vida al Son! (Julio 15 de 2003)
Han venido a la Universidad (Septiembre 22 de 2003)
Han venido a la Universidad (2) (Septiembre 25 de 2003)
Han venido a la Universidad (3) (Septiembre 29 de 2003)
Las calificaciones de la Profe (Octubre 27 de 2003)
La suerte de la Profe (Octbure 29 de 2003)
Los colegas de la Profe (Noviembre 6 de 2003)
El trasteo (Noviembre 18 de 2003)
Los estudiantes de la EIB (Noviembre 26 de 2003)
Felices fiestas (Diciembre 19 de 2003)
De vuelta al trabajo (Enero 19 de 2004)
La profe que no enseña (Enero 21 de 2004)
La ausencia de palabras (Febrero 20 de 2004)
Opinión Bibliotecaria
2000 millones de pesos en libros para las bibliotecas públicas de Colombia? (Julio 10 de 2003)
Bibliotecólogos con responsabilidad social (Septiembre 8 de 2003)
Cuando menos es más (Diciembre 15 de 2003)
Dominio público de la Información (Enero 23 de 2004)
Bibliotecario a tus bibliotecas (Febrero 24 de 2004)
Bibliotecarios y otros profesionales de la información
De qué hablan cuando se reúnen los bibliotecarios y documentalistas? (Julio 17 de 2003)
Grandes profesionales, grandes asociaciones? (Julio 22 de 2003)
Bibliotecarios e información (Agosto 20 de 2003)
Comentario perdido (Febrero 2 de 2004)
La Ley del Bibliotecólogo en Colombia (Febrero 6 de 2204)
Bibliotecario a tus bibliotecas (Febrero 24 de 2004)
Bibliotecarios famosos
Ranganathan, el matemático bibliotecario (Agosto 5 de 2003)
El bibliotecario poeta (Agosto 8 de 2003)
La profe busca... (Agosto 8 de 2003)
Borges, el bibliotecario universal (Agosto 14 de 2003)
La bibliotecaria que hizo un diccionario (Septiembre 16 de 2003)
Bibliotecología -aspectos teóricos-
Cómo controlar lo incontrolable -CBU- (Junio 4 de 2003)
Cómo controlar lo incontrolable II (Junio 10 de 2003)
Control Bibliográfico Nacional (Junio 12 de 2003)
Qué dicen los bibliotecarios cuando dicen información (Agosto 27 de 2003)
La transferencia de la información documental (Septiembre 1 de 2003)
La biblioteca y los bibliotecarios definidos (Octubre 14 de 2003)
Bibliotecología y/o biblioteconomía (Noviembre 11 de 2003)
Biblioteconomía y/o bibliotecología (Noviembre 20 de 2003)
Explosión de la información (Diciembre 1 de 2003)
Bibliotecólogos y documentalistas (Febrero 25 de 2004)
Las ciencias de la información (Febrero 27 de 2004)
Bibliotecas y servicios bibliotecarios
Contra la "biblioteca digital" (Mayo 12 de 2003)
Contra la "biblioteca digital" -refrito- (Julio 8 de 2003)
La biblioteca público-escolar (Octubre 2 de 2003)
Bibliotecas y bibliotecarios de prisiones (Octubre 8 de 2003)
Bibliotecas creadas con imaginación (Diciembre 9 de 2003)
Invitado especial
El videotext por Javier Leiva Aguilera (Julio 25 de 2003)
Inclasificables(Con el perdon de todos)
La risa de los bibliotecarios (Julio 30 de 2003)
Ferias del Libro 2003 (Octubre 15 de 2003)
Bestiario bibliotecario (Octbure 17 de 2003)
Bestiario bibliotecario II (Octubre 20 de 2003)
El ISBN (Octubre 23 de 2003)
Los nuevos compañeros (Enero 19 de 2004)
Estadísticas de El Opinador (Febrero 17 de 2004)
Gracias a todos los que me acompañaron en esta etapa que duro casi un año y que fue para mí una experiencia transformadora. Espero seguir contando con sus lecturas silenciosas y comentarios en Véase Además.
Mantendré abierto este sitio como archivo y para facilitar su consulta presento un índice de los comentarios publicados:
Personales (no bibliotecarios)
Los gatos de la Profe (Abril 30 de 2003)
Primero Bogotá despues... el mundo (Mayo 6 de 2003)
Do you speak english? (Mayo 19 de 2003)
Bajo la tiranía de la nota (Mayo 26 de 2003)
El arte de la buena bitácora (Mayo 28 de 2003)
Fin del Contrato (Mayo 29 de 2003)
La Profe no gusta de García Márquez (Junio 17 de 2003)
Las vacaciones de la Profe (Junio 20 de 2003)
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Han venido a la Universidad (Septiembre 22 de 2003)
Han venido a la Universidad (2) (Septiembre 25 de 2003)
Han venido a la Universidad (3) (Septiembre 29 de 2003)
Las calificaciones de la Profe (Octubre 27 de 2003)
La suerte de la Profe (Octbure 29 de 2003)
Los colegas de la Profe (Noviembre 6 de 2003)
El trasteo (Noviembre 18 de 2003)
Los estudiantes de la EIB (Noviembre 26 de 2003)
Felices fiestas (Diciembre 19 de 2003)
De vuelta al trabajo (Enero 19 de 2004)
La profe que no enseña (Enero 21 de 2004)
La ausencia de palabras (Febrero 20 de 2004)
Opinión Bibliotecaria
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Bibliotecólogos con responsabilidad social (Septiembre 8 de 2003)
Cuando menos es más (Diciembre 15 de 2003)
Dominio público de la Información (Enero 23 de 2004)
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Bibliotecarios y otros profesionales de la información
De qué hablan cuando se reúnen los bibliotecarios y documentalistas? (Julio 17 de 2003)
Grandes profesionales, grandes asociaciones? (Julio 22 de 2003)
Bibliotecarios e información (Agosto 20 de 2003)
Comentario perdido (Febrero 2 de 2004)
La Ley del Bibliotecólogo en Colombia (Febrero 6 de 2204)
Bibliotecario a tus bibliotecas (Febrero 24 de 2004)
Bibliotecarios famosos
Ranganathan, el matemático bibliotecario (Agosto 5 de 2003)
El bibliotecario poeta (Agosto 8 de 2003)
La profe busca... (Agosto 8 de 2003)
Borges, el bibliotecario universal (Agosto 14 de 2003)
La bibliotecaria que hizo un diccionario (Septiembre 16 de 2003)
Bibliotecología -aspectos teóricos-
Cómo controlar lo incontrolable -CBU- (Junio 4 de 2003)
Cómo controlar lo incontrolable II (Junio 10 de 2003)
Control Bibliográfico Nacional (Junio 12 de 2003)
Qué dicen los bibliotecarios cuando dicen información (Agosto 27 de 2003)
La transferencia de la información documental (Septiembre 1 de 2003)
La biblioteca y los bibliotecarios definidos (Octubre 14 de 2003)
Bibliotecología y/o biblioteconomía (Noviembre 11 de 2003)
Biblioteconomía y/o bibliotecología (Noviembre 20 de 2003)
Explosión de la información (Diciembre 1 de 2003)
Bibliotecólogos y documentalistas (Febrero 25 de 2004)
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Bibliotecas y servicios bibliotecarios
Contra la "biblioteca digital" (Mayo 12 de 2003)
Contra la "biblioteca digital" -refrito- (Julio 8 de 2003)
La biblioteca público-escolar (Octubre 2 de 2003)
Bibliotecas y bibliotecarios de prisiones (Octubre 8 de 2003)
Bibliotecas creadas con imaginación (Diciembre 9 de 2003)
Invitado especial
El videotext por Javier Leiva Aguilera (Julio 25 de 2003)
Inclasificables(Con el perdon de todos)
La risa de los bibliotecarios (Julio 30 de 2003)
Ferias del Libro 2003 (Octubre 15 de 2003)
Bestiario bibliotecario (Octbure 17 de 2003)
Bestiario bibliotecario II (Octubre 20 de 2003)
El ISBN (Octubre 23 de 2003)
Los nuevos compañeros (Enero 19 de 2004)
Estadísticas de El Opinador (Febrero 17 de 2004)
Gracias a todos los que me acompañaron en esta etapa que duro casi un año y que fue para mí una experiencia transformadora. Espero seguir contando con sus lecturas silenciosas y comentarios en Véase Además.
febrero 27, 2004
Las ciencias de la información
Para continuar con el tema y terminar por ahora, quiero referirme el llamado sistema de las ciencias de la información. Sigo rastreando la aparición del término en plural y no encuentro nada anterior a la década de los noventa -la búsqueda no es todo lo exhaustiva que quisiera pero sí ha sido permanente-. Lo que ha existido siempre es la ciencia de la información en singular que es la misma documentación.
Sin embargo el plural ha crecido en popularidad y está sostenido una única premisa:
Se reúnen las ciencias o disciplinas relacionadas con la información documental, dedicadas a su selección, procesamiento, disposición y recuperación; en unidades de información y en sistemas de información. Estos procesos comunes con un conjunto común de objetos llamados genéricamente documentos, es la razón de la reunión que quiere hacerse pasar por una profesión o una disciplina única.
Pero aunque la denominación de documento y los nombres de los procesos son comunes, no son los mismo documentos y los procesos no son tan comunes aunque sus nombres lo sean.
Veamos una por una las disciplinas invitadas a este convite:
- La bibliotecología y la documentación comparten el tipo de documento o información que las ocupa, el que hemos llamado bibliográfico: un documento producido voluntariamente de carácter informativo con fines de distribución o comunicación, sin importar su soporte. Las diferencias con las que lo abordar ya las plantee en el comentario anterior.
- La archivística tiene un tipo documental muy particular llamado justamente archivístico: es un registro documental, sin importar su soporte, de las acciones o actos realizados por personas naturales o jurídicas en el cumplimiento de sus funciones. En consecuencia es involuntario y único.
- La museología o museografía tiene otro tipo documental, no soy capaz de definirlo pero los ejemplos con comunes a todos los nosotros: las obras de arte, las piezas arqueológicas o antropológicas y casi cualquier objeto humano o elemento natural pueden ser documentos de museo.
Me detendré a presentar mis objeciones a la reunión de las tres primeras, porque no tengo el conocimiento mínimo suficiente para tratar a la museología y sus procesos.
Afirmar que la bibliotecología, la documentación y la archivística no son más que ramas de especialización de una misma práctica y que los "profesionales de la información" pueden moverse entre ellas con total competencia, por el sólo hecho de que todas trabajan con información documental y tienen unidades de información en las que sistematizan esta información, es tanto como decir que un médico veterinario y un médico "humano" pueden hacer ambos esencialmente lo mismo porque trabajan con seres vivos y tienen ambos clínicas en las que atienden las enfermedades.
Así como la diferencia entre los seres humanos y los animales es tan definitiva que hay que elegir sólo un tipo y una única carrera para ser médico de unos u otros, así la diferencia entre un documento archivístico y uno bibliográfico es tan determinante que habría que estudiar o el uno el otro para poder ser cabalmente o bibliotecario o archivista.
Para los procesos, la analogía sigue siendo válida, ambos médicos hacen diagnósticos, medicaciones y cirugías a sus sujetos, como nosotros hacemos todos recuperación, descripción y difusión de nuestros documentos. Pero la diferencia en los tipos documentales hace que los procesos aunque son desde la generalidad el mismo proceso se realice de manera muy distinta y por tanto haya que recibir una formación específica para cada uno de ellos.
Quienes están con el modelo de las ciencias de la información consideran que los planes de estudio profesional, deben formar en las tres o cuatro áreas (incluida la museología) con base en los aspectos comunes y permitir a los egresados que se especialicen en cualquiera de ellas. Yo creo que no es posible hacer un pregrado con base en esas generalidades porque son bastante pobres a la hora del estudio juicioso de cada una de estas disciplinas, a más de que cada una de ellas tiene sus propias áreas de especialización y ninguna de ellas me parece despreciable. Con pregrados de cinco años en promedio es imposible conocer con suficiencia las tres o cuatro.
Considero más apropiado que un bibliotecario al graduarse pueda especializarse en servicios bibliotecarios en línea, o en algún tipo de unidad de información; que un documentalista al graduarse pueda especializarse en gestión empresarial o en terminología; y que un archivista pueda especializarse en tipologías archivísticas o en periodos temporales históricos. Pero no lo anterior, nadie espera entrar a estudiar ciencias de la salud, para luego salir médico o médico veterinario o enfermero, se entra a cada una de ellas y luego se hacen especializaciones en sus ramas propias.
Es posible que las afinidades sean mucho más cercanas entre la bibliotecología y la documentación, algo así como las de las de la veterinaria y la zootecnia, ambas tienen a los animales como objetos pero con finalidades muy distintas. Algunas universidades forman médicos veterinarios y zootecnistas en una misma carrera como en España se forman los bibliotecarios y los documentalistas, pero también están como profesiones independientes. Pero sobre eso es el anterior comentario y no quiero repetir lo mismo.
Así que para mí las llamadas ciencias de la información son sólo una subdivisión de las ciencias sociales y humanas y del espíritu, al mismo nivel que las ciencias naturales, o las ciencias exactas, o las ciencias aplicadas: que reúnen disciplinas con aspectos comunes y estrechamente relacionadas, pero tienen cada una un cuerpo práctico y teórico lo suficientemente amplio como para ser consideradas disciplinas individuales con profesionales y especializaciones propias.
Nadie se titula como "científico natural", se titula como biólogo, o geólogo, astrónomo...
Habrá algún médico que quiera cambiar su titulo por el de "Profesional de la Salud"?
Por qué queremos nosotros titularnos como "Profesionales de la información"?
Claro que los somos, pero ese nos el nombre de una profesión o una disciplina, es el nombre de un grupo de profesionales con aspectos en común, eso es todo. Clases generales para organizar universidades y guías telefónicas.
Sin embargo el plural ha crecido en popularidad y está sostenido una única premisa:
Se reúnen las ciencias o disciplinas relacionadas con la información documental, dedicadas a su selección, procesamiento, disposición y recuperación; en unidades de información y en sistemas de información. Estos procesos comunes con un conjunto común de objetos llamados genéricamente documentos, es la razón de la reunión que quiere hacerse pasar por una profesión o una disciplina única.
Pero aunque la denominación de documento y los nombres de los procesos son comunes, no son los mismo documentos y los procesos no son tan comunes aunque sus nombres lo sean.
Veamos una por una las disciplinas invitadas a este convite:
- La bibliotecología y la documentación comparten el tipo de documento o información que las ocupa, el que hemos llamado bibliográfico: un documento producido voluntariamente de carácter informativo con fines de distribución o comunicación, sin importar su soporte. Las diferencias con las que lo abordar ya las plantee en el comentario anterior.
- La archivística tiene un tipo documental muy particular llamado justamente archivístico: es un registro documental, sin importar su soporte, de las acciones o actos realizados por personas naturales o jurídicas en el cumplimiento de sus funciones. En consecuencia es involuntario y único.
- La museología o museografía tiene otro tipo documental, no soy capaz de definirlo pero los ejemplos con comunes a todos los nosotros: las obras de arte, las piezas arqueológicas o antropológicas y casi cualquier objeto humano o elemento natural pueden ser documentos de museo.
Me detendré a presentar mis objeciones a la reunión de las tres primeras, porque no tengo el conocimiento mínimo suficiente para tratar a la museología y sus procesos.
Afirmar que la bibliotecología, la documentación y la archivística no son más que ramas de especialización de una misma práctica y que los "profesionales de la información" pueden moverse entre ellas con total competencia, por el sólo hecho de que todas trabajan con información documental y tienen unidades de información en las que sistematizan esta información, es tanto como decir que un médico veterinario y un médico "humano" pueden hacer ambos esencialmente lo mismo porque trabajan con seres vivos y tienen ambos clínicas en las que atienden las enfermedades.
Así como la diferencia entre los seres humanos y los animales es tan definitiva que hay que elegir sólo un tipo y una única carrera para ser médico de unos u otros, así la diferencia entre un documento archivístico y uno bibliográfico es tan determinante que habría que estudiar o el uno el otro para poder ser cabalmente o bibliotecario o archivista.
Para los procesos, la analogía sigue siendo válida, ambos médicos hacen diagnósticos, medicaciones y cirugías a sus sujetos, como nosotros hacemos todos recuperación, descripción y difusión de nuestros documentos. Pero la diferencia en los tipos documentales hace que los procesos aunque son desde la generalidad el mismo proceso se realice de manera muy distinta y por tanto haya que recibir una formación específica para cada uno de ellos.
Quienes están con el modelo de las ciencias de la información consideran que los planes de estudio profesional, deben formar en las tres o cuatro áreas (incluida la museología) con base en los aspectos comunes y permitir a los egresados que se especialicen en cualquiera de ellas. Yo creo que no es posible hacer un pregrado con base en esas generalidades porque son bastante pobres a la hora del estudio juicioso de cada una de estas disciplinas, a más de que cada una de ellas tiene sus propias áreas de especialización y ninguna de ellas me parece despreciable. Con pregrados de cinco años en promedio es imposible conocer con suficiencia las tres o cuatro.
Considero más apropiado que un bibliotecario al graduarse pueda especializarse en servicios bibliotecarios en línea, o en algún tipo de unidad de información; que un documentalista al graduarse pueda especializarse en gestión empresarial o en terminología; y que un archivista pueda especializarse en tipologías archivísticas o en periodos temporales históricos. Pero no lo anterior, nadie espera entrar a estudiar ciencias de la salud, para luego salir médico o médico veterinario o enfermero, se entra a cada una de ellas y luego se hacen especializaciones en sus ramas propias.
Es posible que las afinidades sean mucho más cercanas entre la bibliotecología y la documentación, algo así como las de las de la veterinaria y la zootecnia, ambas tienen a los animales como objetos pero con finalidades muy distintas. Algunas universidades forman médicos veterinarios y zootecnistas en una misma carrera como en España se forman los bibliotecarios y los documentalistas, pero también están como profesiones independientes. Pero sobre eso es el anterior comentario y no quiero repetir lo mismo.
Así que para mí las llamadas ciencias de la información son sólo una subdivisión de las ciencias sociales y humanas y del espíritu, al mismo nivel que las ciencias naturales, o las ciencias exactas, o las ciencias aplicadas: que reúnen disciplinas con aspectos comunes y estrechamente relacionadas, pero tienen cada una un cuerpo práctico y teórico lo suficientemente amplio como para ser consideradas disciplinas individuales con profesionales y especializaciones propias.
Nadie se titula como "científico natural", se titula como biólogo, o geólogo, astrónomo...
Habrá algún médico que quiera cambiar su titulo por el de "Profesional de la Salud"?
Por qué queremos nosotros titularnos como "Profesionales de la información"?
Claro que los somos, pero ese nos el nombre de una profesión o una disciplina, es el nombre de un grupo de profesionales con aspectos en común, eso es todo. Clases generales para organizar universidades y guías telefónicas.
febrero 25, 2004
Bibliotecólogos y Documentalistas
La condensación actual de la bibliotecología y la documentación es consecuencia de la fusión de funciones y de la falta de delimitaciones propias y la carencia de trabajos epistemológicos que nos muestren claramente esas diferencias y confluencias con base en estudios de historia de la documentación y de la bibliotecología y con estudios de corpus teóricos.
Obviamente la carencia de estos análisis hace que actualmente coexistan las variadas posiciones sobre las relaciones existentes, algunas de ellas no por más generalizadas están mejor sustentadas. La mía particularmente, que he expresado varias veces desde distintas perspectivas en esta bitácora apunta a plantear que: La bibliotecología o biblioteconomía -que considero como palabras sinónimas de una misma profesión- y la documentación son dos profesiones distintas, con distintos orígenes, saberes propios y responsabilidades.
La bibliotecología es, en la modernidad posterior a la documentación, que derivó su conformación formal como disciplina de la bibliografía con una finalidad específica en la descripción, clasificación y recuperación de información especializada. Función que sigue siendo esencialmente la misma adecuada a los nuevos tipos diseminación, almacenamiento, transferencias y de la información misma. Los documentalistas son expertos en la recuperación y análisis de información especializada y su trabajo no ha estado directamente involucrado con un espacio físico como la biblioteca, sino con la gestión misma de la información especializada.
La bibliotecología es un poco posterior y está enmarcada en la creación de las primeras bibliotecas modernas: la biblioteca universitaria, la biblioteca nacional y posteriormente alcanza su reconocimiento formal como profesión acompañada de la creación de las pautas y criterios que dieron lugar a la creación de la biblioteca pública. Nuestro origen esta directamente ligado con los fines y principios de libre acceso a la información que sostienen a la biblioteca pública moderna.
En consecuencia, sus saberes aunque ligados por la relación información, unidades de información, sistemas de información y servicios de información, son distintos y complementarios. Saberes propios de la bibliotecología son: la formación de lectores, la educación de usuarios de la información, el desarrollo de colecciones y la promoción de la lectura (ojo, no la animación de la lectura para niños) y la gestión de las unidades de y los servicios de información. Saberes propios de la documentación son: la clasificación de información, la terminología, la medición de la información, la bibliografía y el estudio de la información documental como fenómeno.
A la bibliotecología le debemos toda la construcción teórica de las tipologías bibliotecarias y sus servicios, el conjunto de principios de administración de las unidades de administración y las pautas para la investigación de estudios de usuarios y la medición de impactos sociales de la información documental. A la documentación le debemos los criterios de conformación de los sistemas de clasificación, los vocabularios controlados y el conjunto de investigaciones matemáticas sobre la información documental: la ley de dispersión, la ley de crecimiento exponencial; la bibliometría como método de investigación y las pautas de análisis de información documental.
Como bibliotecaria puedo hacer una bibliografía, o hacer un estudio bibliométrico pero eso no me hace documentalista, como no me hace matemática el poder resolver problemas matemáticos. Sólo los documentalistas hacen la investigación y actualización de sus saberes, como solo los bibliotecarios hacemos la investigación y actualización de los nuestros. Aunque documentalistas o cualquier otro profesional pueda hacer aplicación de ellos.
La bibliotecología ha tenido a la IFLA como su vocera, una mirada a sus programas y estatutos, comparados con los de FID vocera de la documentación, puede aclarar más lo que estoy expresando. La bibliotecología a diferencia de la documentación, por sus orígenes ligados con la biblioteca pública tiene un compromiso social, que ya he expresado muchas veces. La documentación esta unida más al uso de la información especializada y actualmente a la gestión de información para el sector empresarial.
Mi llamado anterior es para los bibliotecarios y en particular para los bibliotecarios latinoamericanos. En España, donde la formación de estas profesiones esta unida, supongo yo, que sus egresados pueden optar por una y otra vertiente, según sus perfiles. Acá hay algo parecido con la carrera de Comunicación Social, allá estudian tanto para ser periodistas como para ser comunicadores organizacionales. Ahora mismo algunas universidades conscientes de la diferenciación propias de estas profesiones están separando los programas haciendo un pregrado para cada uno. Ojalá la bibliotecología y la documentación, -y hasta la archivística- alcancen también ese reconocimiento y tengan sus titulaciones independientes, así tendremos mejores profesionales en ambas áreas.
Si los documentalistas quieren y necesitan un cambio de nombre en su titulación, es algo sobre lo que no puedo opinar porque no conozco muy bien esa situación de la nominación. (Aunque me cuesta creer que arquitectos sea mejor que documentalistas.) Lo que creo es que los bibliotecarios ni necesitamos nombres nuevos, ni podemos hacer de documentalistas tan fácilmente como lo hacen parecer.
Obviamente la carencia de estos análisis hace que actualmente coexistan las variadas posiciones sobre las relaciones existentes, algunas de ellas no por más generalizadas están mejor sustentadas. La mía particularmente, que he expresado varias veces desde distintas perspectivas en esta bitácora apunta a plantear que: La bibliotecología o biblioteconomía -que considero como palabras sinónimas de una misma profesión- y la documentación son dos profesiones distintas, con distintos orígenes, saberes propios y responsabilidades.
La bibliotecología es, en la modernidad posterior a la documentación, que derivó su conformación formal como disciplina de la bibliografía con una finalidad específica en la descripción, clasificación y recuperación de información especializada. Función que sigue siendo esencialmente la misma adecuada a los nuevos tipos diseminación, almacenamiento, transferencias y de la información misma. Los documentalistas son expertos en la recuperación y análisis de información especializada y su trabajo no ha estado directamente involucrado con un espacio físico como la biblioteca, sino con la gestión misma de la información especializada.
La bibliotecología es un poco posterior y está enmarcada en la creación de las primeras bibliotecas modernas: la biblioteca universitaria, la biblioteca nacional y posteriormente alcanza su reconocimiento formal como profesión acompañada de la creación de las pautas y criterios que dieron lugar a la creación de la biblioteca pública. Nuestro origen esta directamente ligado con los fines y principios de libre acceso a la información que sostienen a la biblioteca pública moderna.
En consecuencia, sus saberes aunque ligados por la relación información, unidades de información, sistemas de información y servicios de información, son distintos y complementarios. Saberes propios de la bibliotecología son: la formación de lectores, la educación de usuarios de la información, el desarrollo de colecciones y la promoción de la lectura (ojo, no la animación de la lectura para niños) y la gestión de las unidades de y los servicios de información. Saberes propios de la documentación son: la clasificación de información, la terminología, la medición de la información, la bibliografía y el estudio de la información documental como fenómeno.
A la bibliotecología le debemos toda la construcción teórica de las tipologías bibliotecarias y sus servicios, el conjunto de principios de administración de las unidades de administración y las pautas para la investigación de estudios de usuarios y la medición de impactos sociales de la información documental. A la documentación le debemos los criterios de conformación de los sistemas de clasificación, los vocabularios controlados y el conjunto de investigaciones matemáticas sobre la información documental: la ley de dispersión, la ley de crecimiento exponencial; la bibliometría como método de investigación y las pautas de análisis de información documental.
Como bibliotecaria puedo hacer una bibliografía, o hacer un estudio bibliométrico pero eso no me hace documentalista, como no me hace matemática el poder resolver problemas matemáticos. Sólo los documentalistas hacen la investigación y actualización de sus saberes, como solo los bibliotecarios hacemos la investigación y actualización de los nuestros. Aunque documentalistas o cualquier otro profesional pueda hacer aplicación de ellos.
La bibliotecología ha tenido a la IFLA como su vocera, una mirada a sus programas y estatutos, comparados con los de FID vocera de la documentación, puede aclarar más lo que estoy expresando. La bibliotecología a diferencia de la documentación, por sus orígenes ligados con la biblioteca pública tiene un compromiso social, que ya he expresado muchas veces. La documentación esta unida más al uso de la información especializada y actualmente a la gestión de información para el sector empresarial.
Mi llamado anterior es para los bibliotecarios y en particular para los bibliotecarios latinoamericanos. En España, donde la formación de estas profesiones esta unida, supongo yo, que sus egresados pueden optar por una y otra vertiente, según sus perfiles. Acá hay algo parecido con la carrera de Comunicación Social, allá estudian tanto para ser periodistas como para ser comunicadores organizacionales. Ahora mismo algunas universidades conscientes de la diferenciación propias de estas profesiones están separando los programas haciendo un pregrado para cada uno. Ojalá la bibliotecología y la documentación, -y hasta la archivística- alcancen también ese reconocimiento y tengan sus titulaciones independientes, así tendremos mejores profesionales en ambas áreas.
Si los documentalistas quieren y necesitan un cambio de nombre en su titulación, es algo sobre lo que no puedo opinar porque no conozco muy bien esa situación de la nominación. (Aunque me cuesta creer que arquitectos sea mejor que documentalistas.) Lo que creo es que los bibliotecarios ni necesitamos nombres nuevos, ni podemos hacer de documentalistas tan fácilmente como lo hacen parecer.
febrero 24, 2004
Bibliotecario a tus bibliotecas
Desde hace algunos años ando bastante impresionada por el cambio radical que el perfil profesional de los bibliotecólogos ha dado: primero estuvo la absorción de algunas competencias propias de los documentalistas, aceptable porque en nuestro país no existe como profesión independiente. Luego vino la inclusión de las nuevas tecnologías con la respectiva adición de nuevas habilidades y responsabilidades frente a los sistemas de información automatizados y en línea.
Apartir de ahí me perdí mucho, aparecieron muchos y variados nombres que parecían querer ocultar algo vergonzoso en nuestra denominación, y algunas universidades cambiaron la titulación de nuestros bibliotecarios por otros títulos, con el argumento de que nuestro nombre no nos hacía justicia y que había que llegar al mercado con un título más llamativo. Yo siempre he defendido el nombre de Bibliotecólogos y no encuentro vergüenza, ni injusticia, ni atrazo alguno en él.
Si algo tenemos que ocultar no es nuestro nombre sino lo pobre que nuestro desempeño ha sido en muchos ambitos, y la poca visibilidad que hemos ganado en el medio. Lo que lamento es que nuestros, ahora, arquitectos, gestores y mineros se sientan mejor llevando nombres mal prestados de otras áreas profesionales, impidiendo que seamos reconocidos por hacer bien nuestro trabajo. La diversificación de nuestra profesión es necesaria y la especialización de nuestros egresados indispensable, pero seguimos siendo bibliotecólgos. O no?
Lo que he visto es la aparición de nuevo profesional cuyo plan de estudios profesional esta hecho de retazos cortados de lo creen lo mejor de otras áreas (informática, documentación, comunicación han ido desplazando nuestros saberes propios: el desarrollo de colecciones, la educación usuarios de la información y la formación de lectores) y que ha ido lentamente, pero inexorablemente, dejando atras y de lado aquello que había sido la base nuestra profesión: la administración de servicios bibliotecarios y de información comprometidos con los principios de libre acceso a la informaicón para la autoformación y democracia.
Parece que decir hoy en día que esa es nuestra formación y nuestra responsabilidad ética, espanta a muchos. Parece que para poder ampliar el número de interesados en nuestra carrera debemos fingir y transmutarnos en profesionales capaces de hacer todo tipo de malabares con la información, pero no en bibliotecas!
Qué paso? Cuándo se volvió despreciable el insustituible trabajo de dirigir bibliotecas públicas y escolares? Por qué andamos buscando nombres nuevos y que haceres distintos del nuestro es que es tan magno y que sólo nosotros podemos hacer? Por qué queremos meternos en honduras con nombres artificiosos poniéndonos al servicio de unos pocos?
Cuando los ideales de libre acceso a la información estan por hacerce, cuando la ausencia de bibliotecas públicas y servicios de información básicos en nuestros países son determinante de nuestra pobreza, los bibliotecólogos no podemos andar buscando lo que no se nos ha perdido, y menos aún andar negando lo que somos y abandonando lo que podemos hacer con nuestro saber propio, no cuando nos queda tanto por hacer: tantas bibliotecas por crear, tantos lectores por atender y formar, tantos ciudadanos a los cuales respaldar...
Apartir de ahí me perdí mucho, aparecieron muchos y variados nombres que parecían querer ocultar algo vergonzoso en nuestra denominación, y algunas universidades cambiaron la titulación de nuestros bibliotecarios por otros títulos, con el argumento de que nuestro nombre no nos hacía justicia y que había que llegar al mercado con un título más llamativo. Yo siempre he defendido el nombre de Bibliotecólogos y no encuentro vergüenza, ni injusticia, ni atrazo alguno en él.
Si algo tenemos que ocultar no es nuestro nombre sino lo pobre que nuestro desempeño ha sido en muchos ambitos, y la poca visibilidad que hemos ganado en el medio. Lo que lamento es que nuestros, ahora, arquitectos, gestores y mineros se sientan mejor llevando nombres mal prestados de otras áreas profesionales, impidiendo que seamos reconocidos por hacer bien nuestro trabajo. La diversificación de nuestra profesión es necesaria y la especialización de nuestros egresados indispensable, pero seguimos siendo bibliotecólgos. O no?
Lo que he visto es la aparición de nuevo profesional cuyo plan de estudios profesional esta hecho de retazos cortados de lo creen lo mejor de otras áreas (informática, documentación, comunicación han ido desplazando nuestros saberes propios: el desarrollo de colecciones, la educación usuarios de la información y la formación de lectores) y que ha ido lentamente, pero inexorablemente, dejando atras y de lado aquello que había sido la base nuestra profesión: la administración de servicios bibliotecarios y de información comprometidos con los principios de libre acceso a la informaicón para la autoformación y democracia.
Parece que decir hoy en día que esa es nuestra formación y nuestra responsabilidad ética, espanta a muchos. Parece que para poder ampliar el número de interesados en nuestra carrera debemos fingir y transmutarnos en profesionales capaces de hacer todo tipo de malabares con la información, pero no en bibliotecas!
Qué paso? Cuándo se volvió despreciable el insustituible trabajo de dirigir bibliotecas públicas y escolares? Por qué andamos buscando nombres nuevos y que haceres distintos del nuestro es que es tan magno y que sólo nosotros podemos hacer? Por qué queremos meternos en honduras con nombres artificiosos poniéndonos al servicio de unos pocos?
Cuando los ideales de libre acceso a la información estan por hacerce, cuando la ausencia de bibliotecas públicas y servicios de información básicos en nuestros países son determinante de nuestra pobreza, los bibliotecólogos no podemos andar buscando lo que no se nos ha perdido, y menos aún andar negando lo que somos y abandonando lo que podemos hacer con nuestro saber propio, no cuando nos queda tanto por hacer: tantas bibliotecas por crear, tantos lectores por atender y formar, tantos ciudadanos a los cuales respaldar...
febrero 20, 2004
La ausencia de palabras
Tengo en una libreta apuntadas ideas para comentarios: unas son sólo un arranque que luego encuentro tonto -diatriba contra el silencio en las bibliotecas-, otras requieren una investigación previa que no logro hacer -De arquitectos, mineros, gestores-, otras estan bien como para un día como hoy -Archivistas y bibliotecarios: juntos pero no revuletos- o un conminación, algo fuera de lugar en estos días que titule: Bibliotecario a tus bibliotecas, o una defensa del trabajo del bibliotecario de referencia.
Incluso algunas ideas de tipo cómico como una lista inacabada de las habilidades y destrezas físicas de los bibliotecarios o algunas anotaciones a la aparición de bibliotecarios en el cine y la televsión (incluida la bibliotecaria del Consejo Jedi)...
Y aunque esperaba hoy escribir sobre el aleve atentado contra el bien comun, que significan propuestas como la del canon sobre el prestamo en bibliotecas, y liarme contra quienes pretenden con argumentos peregrinos imponer el interés privado sobre el común y lamentarme: qué es esto de querer conversernos que el beneficios de unos pocos está por encima del beneficio de todos...
No puedo, porque hoy siento sobretodo un dolor sin nombre por mi país, que hace que todo lo demás superfluo. Para mí hoy, los adjetivos no alcanzan, y cuando la realidad que se vive no puede nombrarse, cuando no existe palabra capaz de expresar lo que siente, solo queda callar. Y lo que siento hoy no tiene nombre, es aquello que se siente justamente cuando se tiene que callar porque lo que pasa no tiene nombre... la ausencia total de palabras.
Incluso algunas ideas de tipo cómico como una lista inacabada de las habilidades y destrezas físicas de los bibliotecarios o algunas anotaciones a la aparición de bibliotecarios en el cine y la televsión (incluida la bibliotecaria del Consejo Jedi)...
Y aunque esperaba hoy escribir sobre el aleve atentado contra el bien comun, que significan propuestas como la del canon sobre el prestamo en bibliotecas, y liarme contra quienes pretenden con argumentos peregrinos imponer el interés privado sobre el común y lamentarme: qué es esto de querer conversernos que el beneficios de unos pocos está por encima del beneficio de todos...
No puedo, porque hoy siento sobretodo un dolor sin nombre por mi país, que hace que todo lo demás superfluo. Para mí hoy, los adjetivos no alcanzan, y cuando la realidad que se vive no puede nombrarse, cuando no existe palabra capaz de expresar lo que siente, solo queda callar. Y lo que siento hoy no tiene nombre, es aquello que se siente justamente cuando se tiene que callar porque lo que pasa no tiene nombre... la ausencia total de palabras.
febrero 17, 2004
Estadísticas de El Opinador
He estado revisando las estadísticas de El Opinador y quiero compartir algunos de los resultados.
- El 17.64% de las visitas que recibo vienen directamente de los directorios de favoritos. Son 345 vistas. (Mala cosa, la mayoría debo ser yo misma)
- Luego esta el buscador Google, con 263 visitas. (Eso es aún peor con los resultados de google creo sólo 23.4 personas estaban buscando una bitácora bibliotecaria cuando llegaron acá)
- Mis queridos colegas de Deakialli y de Cartoze se turnan el tercer lugar en los referidos con 220 y 213 visitas respectivamente. Luego estan con menos de cien visitas referidas BiDo, Barbol, Un que passava. (Como dijo el poeta:"Si mis amigos no son una legión de ángeles clandestinos. Qué será de mi?")
- Entre los referidos que me llamaron la atención, además de otros colegas de bitácoras bibliotecarias y documentaloides, esta: La Biblioteca de la Universidad de Barcelona, en su apartado de recursos temáticos de bibioteconomía y archivística, porque tiene sólo tres weblogs, el mío y el de Peter Scott y la lista de library weblogs. (Qué hago yo por ahí, tan sola sin mis compañeros de siempre)
- Tambien llegué al directorio de Lycos, el de DMOZ no cuenta porque yo edito la categoria de Bibliotecas. Allí y en el artículo de Servicios no presenciales en las bibliotecas: los webs bibliotecarios estoy con todos los colegas de siempre, como en Absysnet.
- Las palabras clave son siempre un filon de risas, no me imagino qué relación puede haber entre ellas y mi bitácora, "leyendas latinoamericanas" y "mitos y leyendas del Valle del Cauca" son las más traídos de los cabellos.
- En los ingresos por países, España se lleva de lejos el primer lugar con un 52.1%, seguido de Estados Unidos con un 16.5%. Colombia esta en el tercero con sólo un 6.0% Que deben ser mis propias visitas diarias.
No hay muchas sorpresas realmente, no estan en esos datos las respuestas al bajón de visitas del Opinador por este mes, ni un porqué para la disminición -hasta su desaparición- de los comentarios de los lectores. Espero que no dure mucho más.
- El 17.64% de las visitas que recibo vienen directamente de los directorios de favoritos. Son 345 vistas. (Mala cosa, la mayoría debo ser yo misma)
- Luego esta el buscador Google, con 263 visitas. (Eso es aún peor con los resultados de google creo sólo 23.4 personas estaban buscando una bitácora bibliotecaria cuando llegaron acá)
- Mis queridos colegas de Deakialli y de Cartoze se turnan el tercer lugar en los referidos con 220 y 213 visitas respectivamente. Luego estan con menos de cien visitas referidas BiDo, Barbol, Un que passava. (Como dijo el poeta:"Si mis amigos no son una legión de ángeles clandestinos. Qué será de mi?")
- Entre los referidos que me llamaron la atención, además de otros colegas de bitácoras bibliotecarias y documentaloides, esta: La Biblioteca de la Universidad de Barcelona, en su apartado de recursos temáticos de bibioteconomía y archivística, porque tiene sólo tres weblogs, el mío y el de Peter Scott y la lista de library weblogs. (Qué hago yo por ahí, tan sola sin mis compañeros de siempre)
- Tambien llegué al directorio de Lycos, el de DMOZ no cuenta porque yo edito la categoria de Bibliotecas. Allí y en el artículo de Servicios no presenciales en las bibliotecas: los webs bibliotecarios estoy con todos los colegas de siempre, como en Absysnet.
- Las palabras clave son siempre un filon de risas, no me imagino qué relación puede haber entre ellas y mi bitácora, "leyendas latinoamericanas" y "mitos y leyendas del Valle del Cauca" son las más traídos de los cabellos.
- En los ingresos por países, España se lleva de lejos el primer lugar con un 52.1%, seguido de Estados Unidos con un 16.5%. Colombia esta en el tercero con sólo un 6.0% Que deben ser mis propias visitas diarias.
No hay muchas sorpresas realmente, no estan en esos datos las respuestas al bajón de visitas del Opinador por este mes, ni un porqué para la disminición -hasta su desaparición- de los comentarios de los lectores. Espero que no dure mucho más.
febrero 06, 2004
La Ley del Bibliotecólogo en Colombia
En 1979 se aprobó y promulgo la Ley 11 "Por la cual se reconoce la profesión de Bibliotecólogo y se reglamenta su ejercicio".
La norma reconoció como bibliotecologos en primera instancia a quienes se hubiesen titulado como tales en las universidades nacionales e internacionales tanto en el nivel de pregrado como postgrado. Y a quienes habiendo ejercido como tales antes de la promulgación de la norma presentaran y aprobaran un exámen que el Consejo Nacional de Bibliotecología estableció para tal efecto.
El artículo 3 reza: "A partir de un año, contado después de la vigencia de la presente ley, podrán desempeñar los cargos de directores, jefes o cualquier otra denominación que se dé a éstos, en el Sistema Nacional de Información, en bibliotecas, Centro de Documentaci?n y en programas de desarrollo bibliotecario.
Este PODRÁN que no tiene la forma imperativa que toda ley debe tener, ha sido la razón por la cual, las demandas al nombramiento de no bibliotecarios no han prosperado de la manera deseada, para los demandantes claro!
Con el Decreto presidencial número 865 "Por el cual se reglamenta la ley 11 de 1979 sobre el ejercicio de la profesión de Bibliotecólogo" se buscó remediar la carencia de la norma anterior estableciendo claridades desde el principio:
ARTÍCULO 1Para todos los efectos legales se entiende que la profesión de Bibliotecólogo, reconocida y regulada por la Ley 11 de 1979. Es la que académicamente exige estudios regulares en un programa de modalidad de formación universitaria y cuyo título profesional en Bibliotecología habilita para su ejercicio legal, en los términos del artículo 31 del Decreto Ley 80 de 1980.
ARTÍCULO 2De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 4to de la Ley 11 de 1979, solamente quienes posean la calidad de Bibliotec?logo, al tenor de lo dispuesto en la citada Ley, podrán desempeñar los cargos a que se refiere este mismo artículo.
ARTÍCULO 3Para poder ejercer la profesión se requiere haber obtenido título en la modalidad de formación universitaria en Bibliotecología, haber efectuado el registro del título ante la autoridad competente y haber y haber obtenido la matrícula profesional expedida por el Consejo Nacional de Bibliotecología.
La norma no ha hecho que sólo los bibliotecólogos títulados ocupen los cargos bibliotecarios, ni mucho menos. Sin embargo no veo en ello razón alguna para rasgarse las vestiduras por que otros profesionales esten ejerciendo de bibliotecarios. Para mí el asunto es un problema sobre dos conceptos: PROFESIÓN y OFICIO.
Quienes creen que la bibliotecología debe ser ejercida sólo por egresados títulados en esa área, lo que estan afirmando es que creen que la biblioteconomía es una disciplina consólidada con unos saberes teóricos y una práctica propia que requiere formación universitaria, o sea que es una PROFESIÓN.
Y quienes creen lo contrario, dicen que los conocimientos de la biblioteconomía teóricos y prácticos no son ni propios, ni exclusivos, ni excluyentes y por consiguiente cualquier persona con la disposición para esa práctica es capaz de ejercer de bibliotecario, lo que dicen es que la bibliotecología es un OFICIO.
Otra cosa es decir que cualquiera puede hacer de bibliotecario porque los egresados de bibliotecología son muy incompententes, este es un argumento peregrino: Malos profesionales los hay en todas partes, de todas las profesiones y sales de todas las universidades. Pero eso no indica que las profesiones a las pertenecen, hayan dejado de serlo por la existencia de titulados incompententes, sino sólo que las universidades no estan siendo todo lo exigentes de debieran ser.
Yo personalmente creo que la bibliotecología es una profesión. Pero no me llamo a engaños con la situación alcutal, ninguna ley por muy imperativa que sea va a darle a la biblioteconomía el reconocimiento definitivo y total de su carácter profesional, no hasta que los egresados de nuestras universidades sean mejores bibliotecólodos que los no titulados, o los titulados de otras áreas.
Tal y como ha sucedido con todos los oficios que se enseñan también en las universidades, - como el periodismo- llega un momento dado en que la calidad de los universitarios es considerablemente mayor que la de los que no lo son, entonces el medio empieza a preferirlos y la sociedad empieza a reconocer que aquello que era un oficio ahora es una profesión.
Mientras tanto no me preocupa si son títulados o no, ni en qué, sino cuáles son sus calidades en su ejercicio, porque independientemente de que seamos oficio o profesión, deben existir controles a la calidad del ejercicio de la bibliotecología. Lo que es inaceptable es que nuestras bibliotecas y servicios de información esten a cargo de personas incompetentes tengan el título que tengan.
No veo deshonor ni menosprecio en que la bibliotecología sea considerada un oficio, también son OFICIOS la escritura, la política, incluso la ensenanza y acá en Colombia también el periodísmo (que recientemente cambio su carácter). Todas esas son actividades esenciales, respetadas y reconocidas y para ejercerlas no hay que tener un título universitario específico, ni tarjeta profesional, aunque se enseñan en las universidades.
Lo que realmente me molesta no es que la biblioteconomía sea una PROFESIÓN poco o nada renocida, lo que me molesta es que nisiquiera sea respetada y reonocida como un OFICIO esencial e insustituible para la sociedad.
*Los terminos bibliotecología y biblioteconomía son usados indistintamente con una misma connotación.
La norma reconoció como bibliotecologos en primera instancia a quienes se hubiesen titulado como tales en las universidades nacionales e internacionales tanto en el nivel de pregrado como postgrado. Y a quienes habiendo ejercido como tales antes de la promulgación de la norma presentaran y aprobaran un exámen que el Consejo Nacional de Bibliotecología estableció para tal efecto.
El artículo 3 reza: "A partir de un año, contado después de la vigencia de la presente ley, podrán desempeñar los cargos de directores, jefes o cualquier otra denominación que se dé a éstos, en el Sistema Nacional de Información, en bibliotecas, Centro de Documentaci?n y en programas de desarrollo bibliotecario.
Este PODRÁN que no tiene la forma imperativa que toda ley debe tener, ha sido la razón por la cual, las demandas al nombramiento de no bibliotecarios no han prosperado de la manera deseada, para los demandantes claro!
Con el Decreto presidencial número 865 "Por el cual se reglamenta la ley 11 de 1979 sobre el ejercicio de la profesión de Bibliotecólogo" se buscó remediar la carencia de la norma anterior estableciendo claridades desde el principio:
ARTÍCULO 1Para todos los efectos legales se entiende que la profesión de Bibliotecólogo, reconocida y regulada por la Ley 11 de 1979. Es la que académicamente exige estudios regulares en un programa de modalidad de formación universitaria y cuyo título profesional en Bibliotecología habilita para su ejercicio legal, en los términos del artículo 31 del Decreto Ley 80 de 1980.
ARTÍCULO 2De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 4to de la Ley 11 de 1979, solamente quienes posean la calidad de Bibliotec?logo, al tenor de lo dispuesto en la citada Ley, podrán desempeñar los cargos a que se refiere este mismo artículo.
ARTÍCULO 3Para poder ejercer la profesión se requiere haber obtenido título en la modalidad de formación universitaria en Bibliotecología, haber efectuado el registro del título ante la autoridad competente y haber y haber obtenido la matrícula profesional expedida por el Consejo Nacional de Bibliotecología.
La norma no ha hecho que sólo los bibliotecólogos títulados ocupen los cargos bibliotecarios, ni mucho menos. Sin embargo no veo en ello razón alguna para rasgarse las vestiduras por que otros profesionales esten ejerciendo de bibliotecarios. Para mí el asunto es un problema sobre dos conceptos: PROFESIÓN y OFICIO.
Quienes creen que la bibliotecología debe ser ejercida sólo por egresados títulados en esa área, lo que estan afirmando es que creen que la biblioteconomía es una disciplina consólidada con unos saberes teóricos y una práctica propia que requiere formación universitaria, o sea que es una PROFESIÓN.
Y quienes creen lo contrario, dicen que los conocimientos de la biblioteconomía teóricos y prácticos no son ni propios, ni exclusivos, ni excluyentes y por consiguiente cualquier persona con la disposición para esa práctica es capaz de ejercer de bibliotecario, lo que dicen es que la bibliotecología es un OFICIO.
Otra cosa es decir que cualquiera puede hacer de bibliotecario porque los egresados de bibliotecología son muy incompententes, este es un argumento peregrino: Malos profesionales los hay en todas partes, de todas las profesiones y sales de todas las universidades. Pero eso no indica que las profesiones a las pertenecen, hayan dejado de serlo por la existencia de titulados incompententes, sino sólo que las universidades no estan siendo todo lo exigentes de debieran ser.
Yo personalmente creo que la bibliotecología es una profesión. Pero no me llamo a engaños con la situación alcutal, ninguna ley por muy imperativa que sea va a darle a la biblioteconomía el reconocimiento definitivo y total de su carácter profesional, no hasta que los egresados de nuestras universidades sean mejores bibliotecólodos que los no titulados, o los titulados de otras áreas.
Tal y como ha sucedido con todos los oficios que se enseñan también en las universidades, - como el periodismo- llega un momento dado en que la calidad de los universitarios es considerablemente mayor que la de los que no lo son, entonces el medio empieza a preferirlos y la sociedad empieza a reconocer que aquello que era un oficio ahora es una profesión.
Mientras tanto no me preocupa si son títulados o no, ni en qué, sino cuáles son sus calidades en su ejercicio, porque independientemente de que seamos oficio o profesión, deben existir controles a la calidad del ejercicio de la bibliotecología. Lo que es inaceptable es que nuestras bibliotecas y servicios de información esten a cargo de personas incompetentes tengan el título que tengan.
No veo deshonor ni menosprecio en que la bibliotecología sea considerada un oficio, también son OFICIOS la escritura, la política, incluso la ensenanza y acá en Colombia también el periodísmo (que recientemente cambio su carácter). Todas esas son actividades esenciales, respetadas y reconocidas y para ejercerlas no hay que tener un título universitario específico, ni tarjeta profesional, aunque se enseñan en las universidades.
Lo que realmente me molesta no es que la biblioteconomía sea una PROFESIÓN poco o nada renocida, lo que me molesta es que nisiquiera sea respetada y reonocida como un OFICIO esencial e insustituible para la sociedad.
*Los terminos bibliotecología y biblioteconomía son usados indistintamente con una misma connotación.
febrero 02, 2004
Comentario perdido
El viernes pasado escribí un comentario sobre la Ley 11 por la cual se reconoce la profesión de la bibliotecología en Colombia. Lamentablemente tuve problemas de conexión justo al publicarlo y lo perdí completamente.
Ahora no quiero volver a reescribirlo. Así que los dejo con el documento de la Ley y su decreto reglamentario, presentados por el Consejo Nacional de Bibliotecología. Y les quedo debiendo el comentario.
Ahora no quiero volver a reescribirlo. Así que los dejo con el documento de la Ley y su decreto reglamentario, presentados por el Consejo Nacional de Bibliotecología. Y les quedo debiendo el comentario.
enero 23, 2004
Dominio Público de la Información
En una clase antes de vacaciones presentaba el programa PGI de la Unesco y al deternerme sobre sus objetivos, uno de ellos llamó la atención:
- Fomentar el acceso de las comunidades "infoprobres" a contenidos diversificados, desarrollando un "fuerte dominio público de la información"
Mi aclaración a este objetivo presentó las iniciativas apoyadas por la Unesco de bases de datos bibliográficas y software libre. El permanente esfuerzo de reducir los costos de la información y ampliar y fomentar el acceso de los más probres a este recurso. Que cada día sea más la información disponible gratuitamente en línea y con el apoyo de servicios bibliotecarios públicos gratuitos sólidos.
El comentario que se oyó decía:
- Pero eso es imposible. Cómo va a ser que haya cada vez más informacián gratis?
Mi respuesta irreflexiva fue:
- Si vas a ser bibliotecario tienes que creer que eso es posible y necesario. Ser bibliotecólogo quiere decir ser partidario del dominio público de la información. De lo contrario estamos en el lugar equivocado.
No tuve que pensar para responder porque eso es lo que creo profundamente, porque encuentro inadmisible que la profesión bibliotecaria de la espalda a aquello que la ha defendido desde sus origenes: responsabilidad social.
Para comprender qué es lo defendemos cuándo reclamamos y apoyamos un mayor domio público de la información un estupendo artículo del abogado Salvador Millaeo: La subsistencia del dominio público de la información, nucleo duro de la sociedad de la era digital, es muy esclarecedor cuando afirma:
"La información que está en el dominio público presenta las características de los llamados bienes públicos, esto es, que no hay rivalidad en el acceso a ellos, y que el uso de alguien haga de ellos no excluye el uso que hagan a otros"
y a continuación presenta una lista de la información considerada de dominio público, de ella quiero resaltar:
- Usos permitidos de la información protegida por derechos de la propiedad intelectual.
- Hechos Materiales.
- Depósitos, colecciones o registros en bibliotecas, archivos y museos públicos.
- Metadatos sobre datos en recintos o insituciones públicas.
- Leyes, regulacione y normas públicas.
- Información que está disponible o ha sido liberada en interés público o el para el bien común.
Sobre este último que parace ser el más repelente de todos un texto que anuncia: Vale la pena ceder obras al dominio público!, explica cuáles son las ventajas de esta cesión y quiénes promueven este tipo de iniciativas. No se lo pierdan, su contenido dá para otros comentarios (post).
Y para completar las lecturas adicionales, la guia para promover, comprender y debatir el significado del dominio público de la información, preparadas por el sector de información de la Unesco, tituladas: Draft Policy Guidelines for the Development and Promotion of Public Domain Information.
Entonces ahora como simpre y más que nunca los bibliotecarios debemos recordar y reconocer que serlo significa defender los servicios bibliotecarios públicos, el acceso libre a la información, la ampliación de los rangos del dominio público, y buscar reconocimiento y apoyo de las comunidades en la defensa de este ideal.
El cobro un canon para el préstamo en las bibliotecas es sólo una de las muchas lesiones que se han hecho, se hacen y se preparan contra el dominio público y son sólo una parte del ataque general contra lo público y el bien común.
Me sabrán perdonar mis amigos documentalistas a quienes estimo tanto, pero la Documentación no se ha distinguido, en general, por promover ese tipo de objetivos, sin embargo ahora necesitamos de su apoyo y respaldo.
Mejores y más eficientes servicios de acceso a la información, SI;
más grandes y efectivas bases de datos bibliográficas de información especializada, SI.
más estudios sobre aprobechamiento de la búsqueda y recuperación de información en línea, SI.
Pero no para seguir aumentando la distancia entre ricos y probres, no para promover la explotación y expoliación de nuestros saberes, derechos y recursos, sino para lograr que la información documental sea un recurso para promover la igualdad, la libertad y la justicia para todos.
- Fomentar el acceso de las comunidades "infoprobres" a contenidos diversificados, desarrollando un "fuerte dominio público de la información"
Mi aclaración a este objetivo presentó las iniciativas apoyadas por la Unesco de bases de datos bibliográficas y software libre. El permanente esfuerzo de reducir los costos de la información y ampliar y fomentar el acceso de los más probres a este recurso. Que cada día sea más la información disponible gratuitamente en línea y con el apoyo de servicios bibliotecarios públicos gratuitos sólidos.
El comentario que se oyó decía:
- Pero eso es imposible. Cómo va a ser que haya cada vez más informacián gratis?
Mi respuesta irreflexiva fue:
- Si vas a ser bibliotecario tienes que creer que eso es posible y necesario. Ser bibliotecólogo quiere decir ser partidario del dominio público de la información. De lo contrario estamos en el lugar equivocado.
No tuve que pensar para responder porque eso es lo que creo profundamente, porque encuentro inadmisible que la profesión bibliotecaria de la espalda a aquello que la ha defendido desde sus origenes: responsabilidad social.
Para comprender qué es lo defendemos cuándo reclamamos y apoyamos un mayor domio público de la información un estupendo artículo del abogado Salvador Millaeo: La subsistencia del dominio público de la información, nucleo duro de la sociedad de la era digital, es muy esclarecedor cuando afirma:
"La información que está en el dominio público presenta las características de los llamados bienes públicos, esto es, que no hay rivalidad en el acceso a ellos, y que el uso de alguien haga de ellos no excluye el uso que hagan a otros"
y a continuación presenta una lista de la información considerada de dominio público, de ella quiero resaltar:
- Usos permitidos de la información protegida por derechos de la propiedad intelectual.
- Hechos Materiales.
- Depósitos, colecciones o registros en bibliotecas, archivos y museos públicos.
- Metadatos sobre datos en recintos o insituciones públicas.
- Leyes, regulacione y normas públicas.
- Información que está disponible o ha sido liberada en interés público o el para el bien común.
Sobre este último que parace ser el más repelente de todos un texto que anuncia: Vale la pena ceder obras al dominio público!, explica cuáles son las ventajas de esta cesión y quiénes promueven este tipo de iniciativas. No se lo pierdan, su contenido dá para otros comentarios (post).
Y para completar las lecturas adicionales, la guia para promover, comprender y debatir el significado del dominio público de la información, preparadas por el sector de información de la Unesco, tituladas: Draft Policy Guidelines for the Development and Promotion of Public Domain Information.
Entonces ahora como simpre y más que nunca los bibliotecarios debemos recordar y reconocer que serlo significa defender los servicios bibliotecarios públicos, el acceso libre a la información, la ampliación de los rangos del dominio público, y buscar reconocimiento y apoyo de las comunidades en la defensa de este ideal.
El cobro un canon para el préstamo en las bibliotecas es sólo una de las muchas lesiones que se han hecho, se hacen y se preparan contra el dominio público y son sólo una parte del ataque general contra lo público y el bien común.
Me sabrán perdonar mis amigos documentalistas a quienes estimo tanto, pero la Documentación no se ha distinguido, en general, por promover ese tipo de objetivos, sin embargo ahora necesitamos de su apoyo y respaldo.
Mejores y más eficientes servicios de acceso a la información, SI;
más grandes y efectivas bases de datos bibliográficas de información especializada, SI.
más estudios sobre aprobechamiento de la búsqueda y recuperación de información en línea, SI.
Pero no para seguir aumentando la distancia entre ricos y probres, no para promover la explotación y expoliación de nuestros saberes, derechos y recursos, sino para lograr que la información documental sea un recurso para promover la igualdad, la libertad y la justicia para todos.
enero 21, 2004
La profe que no enseña
Hoy de vuelta a las clases después de las vacaciones, recordé la extraña felicidad de estar en el salón y ver las caras de los estudiantes: caras de sincera aprobación, caras de duda expectante, caras de me importa un bledo, caras de qué rayos hago acá, caras inexcrutables...
Hoy también llevada seguro por la emoción de volver, me atreví a decir en voz alta aquello que sólo me he repetido algunas veces en silencio: YO NO PUEDO ENSEÑARLES NADA. El sacrilegio máximo, la duda expuesta en público, que todos los profesores queremos ocultar y algunos logran hacer muy bien, logrando convensernos de que son poseedores priviligiados de algún conocimiento secreto que encarna la verdad misma de cualquier cosa en particular, cosa que resulta ser poco o nada importante al final de cuentas.
Pero entonces a qué entró a clase y porqué soy profe? Bueno, porque aunque en realidad no puedo enseñar nada, sí puedo hacer que alguien aprenda algo conmigo. Sí puedo hacer que lo que yo he aprendido y lo que pienso de cada tema sea un punto de partida para que los otros logren aprender a su vez. Al menos con esa idea llego al salón cada vez, al menos es esa la idea que me ronda todo el tiempo y es esa la idea a la que renunció y siempre tengo que volver.
Hoy también llevada seguro por la emoción de volver, me atreví a decir en voz alta aquello que sólo me he repetido algunas veces en silencio: YO NO PUEDO ENSEÑARLES NADA. El sacrilegio máximo, la duda expuesta en público, que todos los profesores queremos ocultar y algunos logran hacer muy bien, logrando convensernos de que son poseedores priviligiados de algún conocimiento secreto que encarna la verdad misma de cualquier cosa en particular, cosa que resulta ser poco o nada importante al final de cuentas.
Pero entonces a qué entró a clase y porqué soy profe? Bueno, porque aunque en realidad no puedo enseñar nada, sí puedo hacer que alguien aprenda algo conmigo. Sí puedo hacer que lo que yo he aprendido y lo que pienso de cada tema sea un punto de partida para que los otros logren aprender a su vez. Al menos con esa idea llego al salón cada vez, al menos es esa la idea que me ronda todo el tiempo y es esa la idea a la que renunció y siempre tengo que volver.
enero 19, 2004
Los nuevos compañeros
Me he encontrado cuatro nuevas bitácoras bibliotecarias y documentaloides que justo antes de terminar el 2003 y apenas iniciar el 2004 han entrado con muy buenas perspectivas.
Algunas de ellas ya circulan en nuestros índices de enlaces, talvez hasta ya se han presentado pero igual acá están:
K-Utopía ¿El nuevo mundo de la documentación?
Vió la luz el 15 de diciembre de 2003, el autor se niega a dar información sobre sí. Pero propone ocuparse de los asuntos de las nuevas tecnologías de la información para los profesionales de la documentación.
Ofrecemos recompensa a quién brinde alguna información sobre la persona del autor.
Amoxcalli Blog. Casa de los libros
Con el nombre de las bibliotecas de los Náhuatl, nació con el año nuevo el primero de enero, esta bitácora desde México con la que Jorge quiere compartir con nosotros los temas de bibliotecología, lectura y bibliotecas que tanto nos interesan. Bienvenido.
Visto y Leído. Sobre el mundo de la documentación
y la biblioteca, el libro y la cultura en general
También el primero de enero nació Visto y Leído, de otro colega licenciado en biblioteconomía y documentación (supongo por lo tanto que es español): José Antonio Echagüe. Nos viene ofreciendo una estupenda selección de textos sobre los temas que tanto nos gustan. (Espero que haya pagado juiciosamente el canon por derechos de autor)
Vamos a ánimarlo para que además de la selección nos dé sus comentarios y opiniones.
Me alegra que comunidad crezca en cantidad y en calidad, que estas iniciativas permanezcan y nos llenen de nuevas perspectivas y conocimientos. Y claro de nuevos amigos.
Adiciones de última hora
Poco después de publicar este comentario conocí dos nuevas bitácoras que no puedo por fuera de este comentario.
Fall in Blog
Inicio sus comentarios en diciembre de 2003 y este año continúa con comentarios muy interesantes sobre acceso a la información, bibliotecas y esos temas que nos trasnochan. Me encanta su presentación.
Este autor parece que realmente quiere consevar secreta su identidad.
Alas y Balas
Nuestros amigos Ana y David, cuya identidad no es nada secreta, después de un tiempo incubando bajo el ala protectora de Catorze esta estupenda bitácora, han decido dar a conocer por fín la criatura. Espero que el fruto de esta unión, que algo de ilegal debe tener -la unión no el fruto-, permanezca con nosotros mucho tiempo.
Algunas de ellas ya circulan en nuestros índices de enlaces, talvez hasta ya se han presentado pero igual acá están:
K-Utopía ¿El nuevo mundo de la documentación?
Vió la luz el 15 de diciembre de 2003, el autor se niega a dar información sobre sí. Pero propone ocuparse de los asuntos de las nuevas tecnologías de la información para los profesionales de la documentación.
Ofrecemos recompensa a quién brinde alguna información sobre la persona del autor.
Amoxcalli Blog. Casa de los libros
Con el nombre de las bibliotecas de los Náhuatl, nació con el año nuevo el primero de enero, esta bitácora desde México con la que Jorge quiere compartir con nosotros los temas de bibliotecología, lectura y bibliotecas que tanto nos interesan. Bienvenido.
Visto y Leído. Sobre el mundo de la documentación
y la biblioteca, el libro y la cultura en general
También el primero de enero nació Visto y Leído, de otro colega licenciado en biblioteconomía y documentación (supongo por lo tanto que es español): José Antonio Echagüe. Nos viene ofreciendo una estupenda selección de textos sobre los temas que tanto nos gustan. (Espero que haya pagado juiciosamente el canon por derechos de autor)
Vamos a ánimarlo para que además de la selección nos dé sus comentarios y opiniones.
Me alegra que comunidad crezca en cantidad y en calidad, que estas iniciativas permanezcan y nos llenen de nuevas perspectivas y conocimientos. Y claro de nuevos amigos.
Adiciones de última hora
Poco después de publicar este comentario conocí dos nuevas bitácoras que no puedo por fuera de este comentario.
Fall in Blog
Inicio sus comentarios en diciembre de 2003 y este año continúa con comentarios muy interesantes sobre acceso a la información, bibliotecas y esos temas que nos trasnochan. Me encanta su presentación.
Este autor parece que realmente quiere consevar secreta su identidad.
Alas y Balas
Nuestros amigos Ana y David, cuya identidad no es nada secreta, después de un tiempo incubando bajo el ala protectora de Catorze esta estupenda bitácora, han decido dar a conocer por fín la criatura. Espero que el fruto de esta unión, que algo de ilegal debe tener -la unión no el fruto-, permanezca con nosotros mucho tiempo.