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diciembre 01, 2003

Explosión de la información 

Este comentario orgullosamente compartido con la bitácora de Álvaro Roldan BiDo, no pertenece a ningún desafío sino simplemente a la confluencia de intereses en el tema.

Como ya lo apunta Álvaro, la ley de crecimiento exponencial, aplicado a la documentación es un aporte de Pierce, cuyo enunciado afirma: "La tasa de crecimiento documental en una materia es proporcional al volumen alcanzado -curva exponencial-, hasta el momento en que se llega al grado de saturación -curva logística." Y está acompañada por la ley de obsolescencia del mismo Pirce: "La curva de obsolescencia de la literatura científica es exponencial, aunque con una deformación inicial, ya que la literatura reciente se cita comparativamente más."

Contra las leyes no hay mucho que objetar, estan basadas en hechos empíricamente demostrados. Mi observación sobre el problema, va más a la aplicación que de la Ley se ha hecho y de la constante alusión al problema de la explosión de la información como un fenómeno del siglo XX y su uso, algunas veces, como referente de crecimiento de una ciencia o área temática:

Si consideramos que la explosión -explicada por la ley de crecimiento- corresponde esencialmente a un aumento constante y duplicado de la cantidad de información científica disponible, debemos primero apuntar varias cosas:
- que lo que crece no es la información misma, sino simplemente la documentación,
- que ese crecimiento no es típico del siglo XX y menos aún de la Internet, sino que se inció con la aparición de la imprenta, ya que en ese momento empiezan a producirse más documentos sobre un tema de los que cualquier persona puede leer. (Ley de imposibilidad)
- que, al relacionar esta Ley con la Ley de Bradford "Si se considera un número suficientemente elevado de trabajos sobre una materia determinada, la mitad de los artículos de interés relativos a un tema se encuentra concentrado en un número muy pequeño de revistas, mientras que a partir de esta tasa, aumentos muy pequeños del número de artículos determinan grandes aumentos del número de revistas." lo que tenemos es muchos documentos pero muy poca información.

No estamos diciendo, indudablemente nada nuevo, pero seguir perpetuando la tendencia occidental de equiparar la cantidad con la calidad, y formentar la monstruosidad de la enormidad, anunciando que la MEJOR biblioteca es aquella que tiene MÁS libros, o que el MEJOR directorio es aquel que ofrece MÁS registros en sus resultados, no aporta nada valioso al trabajo jucioso de investigadores y lectores en general, cuya mayor frustación consiste en encontrar que la explosión documental parece estar unida a una reducción de la información.

La invitación es a destruir el modelo de MÁS = MEJOR y abolir la idea de que lo acompaña que sacrifica la calidad en beneficio de la enormidad. Eso tampoco es nada nuevo, es lo que la bibliotecología y la documentación han hecho desde sus inicios, pero lo importante es ahora vencer y renunciar a la tentación de medir nuestro éxito también por cantidad.

Lo importante no es cuántos libros*, ni cuántos lectores, sino y CUÁLES libros y CUÁLES lectores**.

* Puede leerse también documentos.
** Puede leerse también usuarios, pero no clientes -eso sí no-.

Ver además: Tecnología 100 Pensamiento 0
La Profe no deja de leer El Defensor