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septiembre 25, 2003

Han venido a la Universidad (2) 

Alfredo Molano vino también, él como Caballero se exilio en España, pero eligio Barcelona en vez de Madrid. No es único que tienen en común. Molano nos hablo de las razones de su huida, de la superflua vanidad del exiliado político, de cómo se sufre el país desde fuera, de su estancia en Barcelona y luego en Estados Unidos, de nuestra tragedia común.

Alfredo Molano es sociologo y conoce cómo pocos este país porque lo ha recorrido casi por completo: los barrios, el llano, las costas, las selvas, las cordilleras andinas, en campero, en chalupa, a lomo de mula y caballo, a pie... de sus viajes y las historias recogidas en ellos, tenemos varios libros y documentales para televisión con los que podemos reconstruir la historia de la violencia infame que sufrimos, las colonizaciones de los llanos y las selvas del interior y de la costa. Cronica periodística y hasta algunos relatos literarios de la misma sabia, como este. Sobre él y su trabajo, Miriam Cotes (en reseña de su libro Así Mismo) afirma: "Las campanas doblan, en todas partes de Colombia, por los muertos inútiles y el dolor lacerante que ha causado una violencia, sobre la cual, si quiere saber de ella, pregúntele a Alfredo Molano."

Molano escribe una columna en periodico El Espectador, por lo que escribe en ella tuvo que irse del país para salvar la vida. En el exilio no dejo de escribir y cómo nos contó, desde lejos la situación no se desvance, sino que se aclara. Se entienden mejor algunas circunstancias, se comprende mejor la relación internacional del país y, en consecuencia, se sufre más.

Y gracias a sus análisis, a sus palabras que cuentan aquello que, justamente por innombrable no debe ser desconocido y menos aún olvidado, tenemos todavía esperanza, aunque su regreso no sea del todo celebración. En su columna escribió y aquí nos dijo a viva voz: "Volví, no porque la situación esté mejor sino justamente porque está peor."


septiembre 22, 2003

Han venido a la Universidad 

Hace unos meses -la verdad no se cuántos- estuvo en la Universidad, el columnista Antonio Caballero, hace unos días -igual no sé cuántos- estuvo el sociologo y columnista también, Alfredo Molano; este viernes escuché a Gustavo López Ospina, director regional de Comunicación e Información de la Unesco. Sobre las palabras de ellos y los hechos diarios quiero hacer algunos "comentarios sueltos".

Caballero, fue recibido con aplausos en el teatro abarrotado, palmas batidas con emoción a falta de algo mejor con que expresarle nuestro respeto y admiración. O al menos eso creí hasta que noté que gran parte de su entrevista pública se dirigiera a preguntarle con muchos rodeos: Cómo es que aún está vivo? Porque diciendo lo que dice, pensando lo que piensa no ha sido asesinado? Fue muy triste y Caballero parece también siempre triste, tal vez por saber lo que sabe, entender lo que entiende sobre nuestra situación, y venir a una universidad a escuchar la sorpresa de todos, de que siga vivo, casí como un reclamo.

Escribió una única y hermosa novela Sin Remedio, es también un periodista taurino, de esa pasión -que no comparto en absoluto- es muestra el libro Los siete pilares del toreo; también tiene una importante línea en la crítica de arte, como ejemplo su reseña sobre la donación de Botero a Bogotá y Medellín; su trabajo como caricaturista y "opinador profesional" como le gusta llamarse , puede leerse en varios medios impresos y su columna semanal (mi bitácora preferida) en Colombia se encuentra en línea en el sitio de la revista Semana. Sólo como ejemplo aquí está la de esta semana.

Pero para darle una mirada panorámica a su pensamiento y reflexiones es necesario leer Patadas de ahorcado publicada por Planeta este año. Aquí una reseña que anuncia: "Además de política, Patadas de ahorcado contiene apasionadas reflexiones sobre el periodismo, las letras, la pintura, la tauromaquia, los vicios y el amor. Es un libro de historia casi tan bueno como los de Germán Arciniegas, y un volumen imprescindible para despejar un poco esa enrevesada ecuación llamada Colombia." O para conocer lo que piensan quienes no estan de acuerdo su estilo y contenido, un artículo de Salomón Kalmanovitz y otro de Andrés Hoyos publicados en la revista El Malpensante, que dirige este último.

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Veo que si escribera sobre los otros dos, este mesaje sería una pastoral. Así que los dejaré para una segunda y tercera parte.